2016 2ª Alfar Plata

09 de abril de 2016

2º Tentadero del Alfarero de Plata

Villaseca de la Sagra (Toledo)

Ganadería de Flor de Jara

Sergio Nunes-Miguel Andrades-Alejandro Mora-Jesús Mejías-Ricardo de Santiago

Director de Lidia: Juan del Álamo

Me quedo con el temple

Estupenda entrada en los tendidos de la plaza de toros La Sagra, en tarde primaveral, agradable, pero con algo de viento que encrespaba los percales.

Becerras de la ganadería madrileña de Flor de Jara, ya acostumbrada a este coqueto coso sagreño, que llegaron acompañadas del titular de la ganadería, Carlos Aragón Cancela, que junto con el periodista Juan Bazaga, director del programa Tierra de Toros de Canal Extremadura, fueron analizando el juego de las vacas ante un público muy respetuoso en la lidia, sobre todo en las entradas de las eralas al caballo de picar, perfectamente montado toda la tarde por el picador toledano Ramón García, que estuvo francamente bien.

Las becerras, en líneas generales, desarrollaron genio, aunque en su mayoría fueron blanditas, perdiendo las manos en más de una ocasión. En su defensa cabe decir que sacaron casta, entrando de lejos al caballo. Ninguna abrió la boca, ni al principio ni al final de la lidia.

Se han visto cosas muy interesantes esta tarde en Villaseca, aunque algunos de los novilleros hayan pasado sin pena ni gloria, ¡que no es poco!, como es el caso del portugués Sergio Nunes, que no se acopló, o de Alejandro Mora, que debería poner más atención a las clases magistrales que suponemos le debe dar su tío Juan.

En línea más creativa han estado Miguel Andrade, el chaval de Jerez, queriendo parecerse a los toreros pintureros de su tierra gaditana, por lo que le alabo el gusto y Jesús Mejías, el de Almorox (Toledo), que con su buen hacer y mejor torear parecía que tenía la tarde en sus manos, pero ¡ay amigo!, llegó Ricardo de Santiago, el de San Luis de Potosí (México), ciudad hermanada por el mercurio con mi querido Almadén, y se llevó el gato al agua: el temple y el saber estar anidaron en su cabeza y en sus manos, consiguiendo pases de gran lentitud, limpieza y sobre todo belleza.

Juan del Álamo llevó la dirección de lidia a la perfección, dando cancha a los novilleros, sobre todo en la 6ª vaca que le tocó tentar, dejando que los chavales colocaran a la erala en la jurisdicción del caballo. Mostró un capote alegre y variado y un gran concepto en el manejo de la muleta, con una muy buena zurda, que le hace ubicarse en el grupo de cabeza de los toreros que están refrescando la sangre de la tauromaquia.