fotografía rafael villar

 

La Tabla Rasa de Villaseca de la Sagra

Final del II Certamen Alfarero de Plata

No llego a vislumbrar cual ha sido el motivo que ha llevado al jurado del II Certamen del Alfarero de Plata a dejar desierto el concurso, haciendo tabla rasa y dando a entender que lo ocurrido en la bonita plaza de toros de “La Sagra” durante los meses de junio y julio no ha servido para nada, cuando, en mi humilde opinión, lo allí vivido en esos días de tentadero y en la propia final, es un magnífico éxito para la Tauromaquia, emborronado por una decisión incoherente del jurado, lo que explica que hasta el mejor escribano echa un borrón.

Este certamen novilleril si caballos, hermano menor del más afamado y antiguo Alfarero de Oro, se ha postulado como una apuesta de futuro desde la organización, que no es otra que el propio ayuntamiento de Villaseca de la Sagra, alabado y reconocido por su labor a favor de la fiesta de los toros, pero que en este caso da la sensación de que algo se les ha ido de las manos.

Es un concurso hecho con ilusión y sobre todo con pasión, para que quede en aguas de borrajas, no se lo merece, más teniendo en consideración que los novilleros que han pasado por los tentaderos y máxime los que han llegado a la final, de manos de ese propio jurado que ahora los ningunea, han sido y son merecedores de haber puesto nombre y apellidos a este II Alfarero de Plata que, a mi corto entender, queda mermado e infravalorado, puesto que el sábado 18 de julio hubo novilleros que supieron entender y torear con pundonor, conocimiento y dignidad, mucha dignidad, a esos encastados erales del Ventorrillo a los que tuvieron que enfrentarse.

En la nota de prensa que aparece en el portal web del Ayuntamiento, se notifica el voto del jurado: desierto, seis votos; Rafael González, cinco votos; Juan Carlos Berrocal, dos votos e Ignacio Olmos, un voto.

El jurado, con todos mis respetos a su fallo, parece que no ha ponderado que su desierta e inconsistente decisión, puede hacer un daño difícil de reparar en el futuro, por falta de credibilidad, y por qué no, afectar a su hermano mayor, espero equivocarme…

 

Después de este desilusionante fallo, me quedo con el portento de un niño que vive en torero, pero esto merece crónica aparte: “Torero de Maravilla”

Fdo. Rafael Villar Moyo
Junio 2015

 

La terna novilleril de la final, con torerillo de excepción

1º de El Ventorrillo, de nombre Cervato

Jaime Rodríguez, recibiendo al novillo que le tocó en suerte

 

 

Natural

Elegante

Rodríguez fue el mejor estoqueador de la tarde

Y paseó una oreja

El 2º eral, de nombre Melocotón, rematando en el burladero

Jorge Isiegas lo recibió rodilla en tierra

Bonita media

Con la muleta inició la faena con la derecha

Para lucirse después con la izquierda

 

Y con el de pecho

 

Isiegas estuvo valiente, llevándose un revolcón

Pero se repuso con estas manoletinas

Le costó matar

Y se despidió con tristeza

La calurosa tarde invitaba al riego del albero

Sastrerito, el 3º, frenando con poderío ante las tablas

Adrián Velasco fue el encargado de su lidia

Adrián lo intentó por la derecha

Y por la izquierda

El final de la faena fue más reposado

A la espada le costó entrar

El 4º, de nombre Bohemio

Le tocó a Juan Carlos Berrocal, que se lució en el capote

Ignacio Olmos, con un capote de Eugenio de Mora, realizó un buen quite

Berrocal inició la faena por abajo

Y luego a media altura

Intentó acoplarse con el novillo

Y a fé que lo consiguió, como en este lance

Y en este otro

Muy torero estuvo Berrocal

 

Pero la suerte de matar no acompañó

Sumándose al carro de las despedidas tristes

El 5º tuvo que ser devuelto al salir con un cuerno roto

En su lugar salió Rompelinde, el nº 60

Al que paró Ignacio Olmos con destreza

 

 

Ignacio se empleó a fondo

 

 

El novillo se colaba y le revolcó por dos veces

Pero el novillero insistía

Sacando muletazos de calidad

La espada, a la segunda, fue certera

Y le concedieron una merecida oreja, tras la paliza recibida

Guardamonte se llamaba el 6º

El más pequeñito, pero musculado y ágil

Rafael González intentó parar a la bala que era Guardamonte

Hasta meterlo en el capote

 

 

González le instrumentó una buena serie por la derecha

 

 

Con la zurda estuvo elegante

 

 

Y muy torero

Buena faena a un novillo duro y complicado

Que cuajó como si de un maestro se tratara

 

 

Con colocación y sitio

La espada no funcionó

Pero la faena merecía la oreja

 

 

Una novillada muy interesante que ha quedado en aguas de borrajas por la desilusionante decisión del jurado

Tras el fallido fallo, me quedo con el portento de un niño que vive en torero, pero esto merece crónica aparte

 

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Autor: rafael villar moyo
rvmoyo@gmail.com